ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN
¿Un nuevo modelo de economía? ¿Una alternativa a los sistemas económicos actuales? Según consta en la cuenta de twitter de @EBienComun, es un nuevo modelo realista, solidario, ecológico… para hacer un futuro mejor. Pretende ser una alternativa a sistemas económicos como el capitalismo o el comunismo. Según otras opiniones, “es un experimento de ingeniería social”.
El movimiento internacional de la Economía del Bien Común, fue creado por Christian
Felber y presentado el 06 de octubre del 2010,
como una alternativa tanto al
capitalismo de mercado como a la economía planificada. El proyecto parte de
unos criterios generales, que pretenden generar
un modelo abierto, a construir entre todos sus miembros. Asimismo, Felber,
inició el proyecto Banco para el Bien
Común.
Felber, nació en Salzburgo en
1972, estudió filología
hispánica, sociología y ciencias políticas en Universidades de Viena y Madrid. Profesor
en la Universidad de Economía de Viena, principalmente ejerce como conferenciante
internacional. Escritor y autor de varios libros, como “Nuevos valores para la
economía”, “Cooperación en vez de competencia”, “La economía del bien
común”, “Salvemos el euro” y “Dinero: de fin a medio”.
La EBC, se rige por una serie de principios básicos
que representan valores, como la cooperación, solidaridad, confianza, honestidad,
responsabilidad, generosidad, transparencia... Algunas de sus acciones
están destinadas a educar en valores y
a despertar la creatividad en el aula. Y otras a fomentar el
emprendimiento en este modelo.
Las principales diferencias, entre la
economía real y la economía del bien común, radican en la misión, visión y
valores de las empresas, pero sobre todo en la forma de medir la actividad, en las
magnitudes e indicadores que se usan.
La economía real se mide básicamente con indicadores monetarios como
producto interior bruto, inflación, deuda, facturación, crecimiento, beneficios… sin contemplar indicadores
que midan otras circunstancias, como si se sobreexplota el medio ambiente, si
se respetan los derechos humanos en los distintos procesos, las condiciones de
los trabajadores, ni sobre lo que produce, ni cómo se produce
La EBC, se mide con indicadores que muestran como las empresas
trabajan y viven la solidaridad, la sostenibilidad,
la dignidad humana, la esclavitud infantil, la desigualdad, la justicia social, la transparencia, la forma de relacionarse con proveedores y
clientes, rentas adecuadas de los trabajadores…Con el producto del bien común,
el balance del bien común, o el balance
financiero, que pasa de ser un fin al ser un medio.
Las diferencias comentadas anteriormente, son las superficiales, las
más visibles. Si profundizamos un poco,
observaremos otras como: que el impuesto sobre el beneficio empresarial sea
eliminado, el crecimiento deja de ser un fin, (para que las empresas no se absorban
unas a otras), años sabáticos cada diez años (durante el cual se cobrará un
“salario mínimo incondicional”), ingresos y patrimonio limitados, gozar de
ventajas legales, la creación de parlamentos económicos regionales, cooperación
monetaria global, zonas de comercio justo, zona del bien común global, uso de
la tierra condicionado a criterios ecológicos, reducción de la huella
ecológica, cooperar con trabajos en
otros campos (sociales. etc.), democracia directa y participativa, bienes y
bancos democráticos….
La estructura de esta teoría está basada, al igual que la economía de mercado, en empresas privadas e iniciativa individual, pero con la misión de desarrollar una que sea ética y sostenible. La diferencia con las empresas convencionales se fundamenta en que estas no se esfuerzan por competir entre ellas y obtener más beneficios, sino que cooperan para conseguir el mayor bien común para la sociedad en su conjunto. Buscan las alianzas y aprovechamiento de sinergias.
Los defensores de la EBC, convencidos de que toda actividad económica
debería servir al bien común, reclaman que aquellas
empresas a las que guíen esos principios y valores deben obtener ventajas
legales y fiscales que les permitan sobrevivir, frente a los valores del lucro y
la competencia actuales.
¿Nos parecen modernos estos movimientos? Aristóteles, ya escribió en el año 350
a.C. en su obra “Política”, que la
economía debería de estar basada en el “bien
equitativo”, en el bien común, que se requería de un "buen comercio”
para tener un “buen vivir”.
Posteriormente han sido varios los filósofos y pensadores que han aludido a la
necesidad del bién común.
A nivel de España, fue en octubre del 2013, cuando se
fundó y presentó en Vitoria, la Asociación Federal Española para el Fomento de
la Economía del Bien Común. Un mes más tarde se produjo el 1º Encuentro Estatal
de Municipios por el Fomento de la EBC, con la participación de diez
municipios.
El movimiento está creciendo y ganando adeptos. Cada
vez son más las empresas, emprendedores y por supuesto clientes y consumidores que optan
por ésta alternativa económica. E iniciativas como la reciente firma de
Convenio entre Consellería de la
Generalitat de Valencia y la Universidad de Valencia, para crear una Cátedra,
con la finalidad de realizar acciones formativas, de investigación y de difusión
de la EBC.
A nivel de Aragón, hace unos meses tuve la oportunidad
de asistir a un evento, que bajo la marca #CaféRSC, un grupo de personas organizan,
se encuentran y debaten en una cafetería de Zaragoza. En dicha jornada el tema
fue la EBC. Ahí conocí este movimiento.
Para finalizar, y dando por
asumido que no hay nada más cíclico que la economía, unas reflexiones: durante
el devenir de los años, los sistemas económicos, los estados, las administraciones,
las empresas, los distintos intervinientes en la economía, ¿acaso...no han tenido como
fin y objetivo el bien común? ¿Se trata de un modelo con futuro?
Miguel Angel OTIN LLORO
Publicado en DIARIO DEL ALTOARAGON "Suplemento Económico"el 10 de mayo del 2017
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